Jazz Art
Alvaro Pernia
Image Credits: El otro 02 Autorretrato © Juan Alvaro
Buena pregunta, Como decía el lema inscrito en el pronaos del templo de Apolo en Delfos “conócete a ti mismo”. Me la suelo hacer con frecuencia, me la suele hacer mi mujer… Puedo dar algunos datos biográficos: soy arquitecto, pintor, hago visualización arquitectónica, escultor, ilustrador, he hecho algunos álbumes ilustrados (publicados de momento en mi sitio de issuu: https://issuu.com/juanalvaropernia), y aspiro a ser autor de cómics extensos, soy marido, padre e hijo.
En el terreno profesional específicamente como ilustrador he trabajado para algunos de los medios más importantes de prensa escrita: El Mundo, La Gaceta, Época, Interviú, Excelente Iberia, Guardia Civil, Sàpiens… Y por supuesto mi colaboración con Cuadernos de Jazz, una revista mítica aquí en España que dejó de publicarse en papel en 2010 que es la etapa que más satisfacciones me ha dado.
En el terreno editorial he colaborado con Unión Editorial. Además, en enero de 2013 la Diputación Provincial de Cuenca editó mi álbum ilustrado para niños titulado “Por el bosque”.
También estoy desarrollando un cómic que se llamará “Historias de autobús”. Es un proyecto que, por lo que veo, va para largo.
Siempre trato de mantener un registro gráfico lo más amplio posible y tocar todos los “palos”.
Las caras de las personas son algo que me interesa de siempre sobremanera. La cara y las manos que expresan la capacidad profundamente transformadora de la realidad del ser humano. Alguien manejando con pericia sus manos constituye un espectáculo que me embruja, y esto en un tiempo de híper tecnología resulta anacrónico, lo sé, pero es que uno ya va teniendo una edad…
Por algún motivo que ignoro (quizás se deba a mi admiración, la simpatía que me inspiran o por sintonía espiritual) siempre tenido una inclinación por hacer músicos tanto de jazz como de clásica (aunque estoy pensando que también de música “ligera”). Vuelvo una y otra vez a los dibujos con asuntos de jazz, ya sea de grandes músicos o de escenas inventadas. Me fascinan los instrumentos, sobre todo el piano y la trompeta. Me parece, además, que dan mucho juego. Pero también me ronda siempre gente relacionada con el mundo de la cultura, escritores, intelectuales, actores…
Me interesa mucho lo íntimo, lo pequeño y delicado, lo cotidiano y un cierto extrañamiento; las cosas modestas, los materiales, los asuntos; lo sencillo en apariencia.
Durante mucho tiempo estuve considerando la posibilidad de comprarme un saxo (no tengo formación musical). Juntando el dinero que me habían dado por mi primera comunión con unos cuantos cumpleaños y demás me decidí al fin; me fui con mi padre al Real Musical (una muy reputada tienda de instrumentos) y me encontré que el saxo (así, genéricamente) no entraba dentro de mis posibilidades. Tras pensarlo detenidamente durante cinco minutos me incliné por una trompeta, preciosa, con su maletín y todo, y, además, pensaba yo, más intuitiva de tocar, algo así como silbar.
En cuanto llegamos a casa me puse a practicar con ella; el ruido (porque no se puede hablar de cosa distinta que ruido) que metía me dejó sobrecogido. Haciendo acopio de valor e intentando no pensar en mis vecinos seguí soplando por el tubo. Cuando ya llevaba 10 minutos de despropósitos y los labios completamente dormidos la metí con mucho cuidado en su funda y ya no la saco más que para verla o dibujarla. Mejor dejarle un arte tan serio a los profesionales.
No sé si soy el más adecuado para dar consejos a nadie pero ya que insistes les diré que tengan fe en sí mismos, tenacidad, perseverancia y paciencia, mucha paciencia. No hay que desanimarse porque es muy fácil caer en el desánimo. Creo que esta es una profesión de resistencia. Y, por supuesto, este otro muy importante: nunca te compres una trompeta si te llega para un saxo.
Me gusta mucho la acuarela, pero también los lápices acuarelables, el collage, el acrílico, probar cosas nuevas. Me gustan los materiales humildes y que vienen con su propia historia detrás (caso del collage y de los objetos encontrados) que van introduciendo capas narrativas distintas. Haciendo un símil con el jazz cada material va aportando su línea melódica, a veces sobresale respecto de los demás, a veces se fusiona con el resto y siempre con un cierto nivel de riesgo, de improvisación, de no saber qué va a ocurrir.
¿Aparte de Las Meninas? Hay tantos artistas maravillosos… Rembrandt, de Kooning, Rauschenberg, Picasso… También me gustaría tener un taller grande en el que poder abordar cosas a lo grande, derrochar pintura, soldar, fundir, tallar.